El antiimperialismo del PRIAN-PRD



Jorge G. Castañeda

El 26 de octubre Reforma informó que tres senadores (PRI, PAN y PRD) de la Comisión de Relaciones Exteriores "rechazaron enérgicamente esta decisión (la de EU de cancelar 15 por ciento de los fondos de la Iniciativa Mérida por violaciones a los derechos humanos en México). Los argumentos de que nuestro país no cumplió las expectativas sobre derechos humanos no reconocen los importantes avances de México en la materia e implica una posición unilateral que es contraria al esquema de cooperación." Firman Marcela Guerra (PRI), Juan Carlos Romero Hicks (PAN) y Fidel Demedicis (PRD).
Lo de menos es la repetición de la media verdad del gobierno sobre la unilateralidad. La Iniciativa Mérida fue anunciada en octubre de 2007 por ambos gobiernos (aunque siempre incluyó a Centroamérica); en junio de 2008, el Congreso norteamericano aprobó los primeros fondos correspondientes, y fijó las condiciones para su desembolso; en diciembre, ambos gobiernos firmaron una Carta de Entendimiento regulando el desembolso de los 197 millones de dólares iniciales. Desde el primer momento, la iniciativa incorporó consideraciones de derechos humanos y la posibilidad de recortar 25 por ciento de una porción de los recursos si el ejecutivo de EU no le aseguraba al Congreso que México realizaba avances en la materia.
El gobierno de Calderón lo peleó, redujo el porcentaje contingente de 25 a 15 por ciento, e impuso otras reservas. Pero aceptó el paquete completo, al grado que cuando Washington demoró la notificación al Congreso en años subsiguientes, Calderón fue paciente y no cuestionó el procedimiento. De unilateral, hay poco en Mérida, y en todo caso, si a alguien no le gustaba, debía haberlo rechazado desde un principio.
Sorprende la posición del PRD. Se entiende que PRI y PAN se molesten por las acusaciones sobre derechos humanos: sus gobiernos los violan. Pero que un partido de oposición como el PRD exalte los "importantes avances" de México en este rubro parece aberrante. Veo tres explicaciones.
O bien el pobre senador Demedicis no entendió lo que firmaba; o bien firmó y dejó de ser tan pobre; o bien su postura refleja una actitud sempiterna de la izquierda mexicana: contra EU aunque tengan razón, aunque me meta a la cama con un gobierno adversario, aunque me desdiga de lo que pienso y digo cada día. Convendría saber cuál de las tres, y si es la postura del PRD en su conjunto, o solo del infeliz legislador criptoprianista. Sospecho que los supuestos enemigos del PRIAN, AMLO y Morena, piensan lo mismo.