Dos
crisis venezolanas: humanitaria y cubana
Jorge G. Castañeda
Solo la
izquierda trasnochada puede sentirse decepcionada por la derrota del chavismo
en Venezuela. Nadie puede destruir una economía o permitir niveles de
violencia, como el régimen de Maduro, sin pagar un precio en las urnas, si hay
urnas. Para los venezolanos, para la comunidad latinoamericana, se trata de un
paso adelante frente a uno de los gobiernos más aberrantes en una región donde
suelen abundar.
Pero esto
no significa que los problemas creados por la demencia chavista hayan
terminado. Al contrario: para Venezuela, para su vecinos y para todo el
hemisferio (incluyendo a EU), los dilemas apenas arrancan. Nos podemos hallar
ante una de las crisis potenciales más agudas en América Latina. Los escenarios
son escalofriantes. Me referiré solo a dos.
La primera
es la que varios observadores pronostican y temen: una crisis humanitaria de
grandes dimensiones. Con una economía ya hundida en el abismo, dos elementos
adicionales han venido a agravar una situación de por si catastrófica. La
primera es el persistente derrumbe del precio del petróleo, del cual depende
Venezuela para la casi totalidad de su presupuesto y de sus importaciones.
Mientras la OPEP siga produciendo, los precios seguirán cayendo. Para Caracas
es una pesadilla agudizada desde hace una semana por un gobierno dividido,
pasmado, incapaz de tomar decisiones inevitables e impostergables, y enfrentado
a más de medio país que lo aborrece. De allí la crisis humanitaria: escasez permanente
de todo, hiperinflación, una población armada (los niños piden pistolas para
Navidad), dos fronteras terrestres porosas y atractivas (Brasil y Colombia) y
otra marítima, a una hora de vuelo (Miami). Hay cálculos de hasta 2 millones de
desplazados en dirección de esas fronteras.
Segundo
escenario: la prensa internacional informa de una quincena o más de buques
petroleros cargados de productos refinados estacionados frente a puertos
venezolanos, sin descargar, por incapacidad de pago de PDVS, que no puede
exportar. Sin reservas monetarias —se dice que el oro ha sido pignorado dos
veces ya— Venezuela no puede seguir subsidiando a Cuba, al son, según El País,
de 5 mil mdd al año.
El número
de emigrantes cubanos a EU se ha duplicado de 2014 a 2015. La oposición
victoriosa procura, con razón, suprimir un subsidio que le cuesta al pueblo
venezolano por triple partida: petróleo vendido debajo de precios de mercado,
pago exorbitante a médicos cubanos y presencia desorbitada de seguridad cubana.
Si todo eso se acaba, ¿qué será de Cuba? O quizás Barack Obama ya esté
negociando con Henrique Capriles y la MUD que no recorten el salvamento cubano
para evitarle un nuevo Mariel (1980) o crisis balsera (1994). Esa es la
magnitud de la crisis venezolana.
<< Home